lunes, 15 de febrero de 2010

I


Esta noche
quiero que te pongas ese camisón que tanto me gusta;
el de seda ocre que te regaló tu madre,
aquel cuya caricia
hace evocar la piel de los melocotones.
Ese, cuyo perfume;
un aroma cálido de almíbar,
enciende el firmamento bajo nuestro techo.

Esta noche
quiero que te vistas con las dunas,
que yo me encargaré de cabalgar tus sombras
con los ojos ebrios del delirio
y las manos sembradas de azucenas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario