lunes, 26 de marzo de 2012

ANOMALÍA


Si alguien me pregunta de dónde soy, yo siempre contestaré que nací y crecí en Anomalía. Sé que no resulta fácil de explicar, porque Anomalía no es un lugar en el estricto sentido de la palabra, sino más bien un estado de la mente. Pero ¿dónde está Anomalía? ¿Acaso no se puede viajar a un territorio tan profundamente cercano? No es, por cierto, tan difícil habitar este paisaje. Precisamente porque no se trata de un lugar, sino de otra cosa, otra cosa diferente a todo lo anterior. Anomalía está en el corazón de algunos seres vivos. No en todos, pero sí en los suficientes como para que nadie ponga en duda su existencia. Anomalía no es un planeta, o tal vez sí, pero eso no importa porque está ahí, justo donde menos te lo esperas. Yo he vivido toda mi vida en Anomalía, aunque lo cierto es que me he pasado la mitad del tiempo viajando. 

¿Conoces Anomalía? Es posible que alguna vez hayas estado en ese lugar y no lo recuerdes. Aunque lo cierto es que el que ha vivido esa experiencia nunca olvide el momento en el que pudo ser dios. Si nunca has estado en Anomalía te has perdido la mitad de tu existencia. Si no has sido capaz de reconocer ese territorio es que no has aprendido a conocerte a ti mismo.