domingo, 12 de febrero de 2017

CREER EN LOS MILAGROS





Resulta curioso que, a lo largo de la vida, uno haga tantas cosas que sabe perfectamente que no van a servir de nada. Uno da los buenos días a la señora panadera, a pesar de que ésta nunca va a contestar. Uno pega carteles para una velada poética, sabiendo que solo van a acudir unos cuantos conocidos. Hacemos ejercicio conscientes de que la próstata nos puede fallar el día menos pensado.
Nadie nos va a devolver lo mucho que nos han robado, pero aun así, hacemos lo que hay que hacer y clamamos en el desierto para que el viento nos escuche. Aunque sepamos que los que nos roban la vida no van a sentir el menor arrepentimiento. 
Seguiremos tratando con respeto al prójimo, aunque el prójimo nos trate con zafiedad, porque nuestra forma de ser es suficiente para dar testimonio de que quisimos ser personas cuando estaba pasado de moda. 
Somos conscientes de que el arte de pensar es una actividad perseguida, y sin embargo, seguimos escribiendo literatura. 
Nos va la vida en ello...