Un
poema es ese mar de nubes en el que nuestros
pies de niño caminaban inertes antes de despertar.
Un poema
es una tempestad que sacude las raíces del mundo, que alza olas en
la tierra y luego se disuelve dócilmente entre el gorjeo de los
mirlos.
No es el
lamento de una adolescente embelesada,
ni el
estertor de un alma moribunda,
ni los
ripios de esa vecina que nunca se tomó la molestia de leer un poema.
Es la vida
condensada en el puro instante;
la palabra
que aspira a lo inefable,
el
mordisco jugoso del pecado,
la burbuja
efervescente en la nariz,
el
crepitar de la hoguera,
el aroma
de la lluvia sobre la tierra seca,
el susurro
de la espuma en la orilla,
o la
caricia lasciva del viento.
Un poema
es una locura muy seria