Un muchacho extraordinario este Itamar Ben-Gvir, socio de gobierno de la actual coalición que dirige Israel y gran parte de la humanidad. Líder del partido Poder Judío, y ministro de Seguridad Nacional hasta enero de 2025, tiene en su hoja de ruta el total exterminio de los palestinos.
En el salón de su domicilio brilló una fotografía de un tal Baruch Goldstein, que fue el tipo que mató a 29 palestinos e hirió a otras 125 personas (muchos de ellos menores de edad) en lo que se conoce como la masacre de Hebrón o de la Tumba de los Patriarcas.
Tal era el perfil ideológico de Ben-Gvir durante la juventud que le fue prohibido el acceso al servicio militar ¡obligatorio!
Poco antes del asesinato del primer ministro israelí Isaak Rabin, Gvir apareció ante las cámaras de televisión exhibiendo el logo del automóvil de Rabin, y amenazándolo abiertamente: ¡Hemos llegado hasta tu coche y llegaremos hasta ti!
A principios de 2025 Gvir dimitió de su cargo en el Ministerio de Seguridad Nacional, por una razón de peso: Israel había pactado con Hamás un alto el fuego.
Y lo más curioso del fenómeno Gvir, es que en Israel hay cientos de miles de ciudadanos que no sienten el menor pudor en afirmar que piensan –si es que esto puede calificarse de pensamiento- como Itamar Ben-Gvir.
Si el gobierno de Netanyahu ha dejado de contar con este orgulloso genocida, tampoco ha cambiado de intenciones con respecto al pueblo palestino. Ya no se trata de una lucha contra el terrorismo fanático de Hamás, sino de un continuo goteo de cadáveres que esperaban en la cola del reparto de alimentos (casi 900 a día de hoy), bombardeos selectivos contra hospitales y colegios, detenciones y torturas sistemáticas a cualquiera cuyo rostro no les haga gracia a los soldados israelíes, cierre de fronteras a las organizaciones humanitarias, hambrunas provocadas por el propio ejército de Israel, y todo ello salpimentado con mofas a los Tribunales Internacionales, y el apoyo incondicional de todos los gobiernos de los Estados Unidos de América.
La pasividad de Occidente, cuando no la complicidad, como en el caso de la República Federal de Alemania; la doble moral de los gobernantes, como en el caso del Estado Español que ha vendido armas a Israel hasta hace cuatro días, todos ellos tendrán que pasar factura con la Historia.
Unos miran para otro lado, otros acallan las voces de los lúcidos. Y todos coadyuvan al sistemático asesinato de inocentes.
Hasta el momento más de 62.000 muertos por la acción del ejército israelí. 18.000 de ellos menores de edad.
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