domingo, 15 de febrero de 2015

HAY CHUBASCOS DE LUNA SOBRE LA ALFOMBRA



Por lo que he llegado a saber -que es poco y de escasa utilidad- no existe ninguna criatura humana cuya piel exhale el perfume de las flores de almendro. Ahora bien, no es menos cierto que, aquellos que son capaces de multiplicar sus vidas en el interior de unas páginas, han adquirido el derecho a creer que el talle de un amante podría oler como huelen los sueños. Y eso sucede porque las otras vidas que vivimos cuando estamos leyendo pueden (y deben) contener chubascos de luna sobre la alfombra. 
No existen las personas maravillosas salvo en nuestro febril imaginario de fabuladores empedernidos. A veces, eso sí, hay seres humanos cuya calidad nos devuelve la fe en nuestra especie.
Mientras tanto nos queda la posibilidad de acercar la nariz a las ramas salpicadas de nata y creer en todo aquello que nos de hace estar vivos. 

3 comentarios:

  1. Y una de esas personas es usted, señor Gart

    ResponderEliminar
  2. Falsa la primera frase. Yo conocí una, pero no te voy a decir quién es

    ResponderEliminar
  3. y no solo el bizcocho huele a bizcocho, ni todo lo que llueve es lluvia, ni todo lo que se sueña sueños

    ResponderEliminar