domingo, 20 de abril de 2014

NO OYES LADRAR LOS PERROS

Estamos en un bar. Nuestra agradable conversación se ve interrumpida por la llegada gradual de tres generaciones de una misma familia. La madre se acerca a nuestra mesa y nos pide correctamente las dos sillas que nos sobran. Ningún inconveniente. Las dos sillas son para sendas niñas de unos siete u ocho años que, rápidamente, toman posesión del asiento. Los abuelos llegan los últimos y se quedan de pie.
Algo más tarde aparecen otras dos mujeres de mediana edad acompañadas de cinco adolescentes. La mesa de la anterior familia ha quedado libre y los cinco adolescentes son acomodados por las dos mujeres. Ellas van y vienen de la barra a la mesa haciendo las veces de camareras para los muchachos. 
Es lo que hay. Es lo que nos espera. 

El título de esta entrada pertenece a un relato de Juan Rulfo. La intencionalidad es fácil de adivinar con sólo leerlo o escucharlo en la voz del escritor mexicano.  http://youtu.be/cewv7qyUpsA

4 comentarios:

  1. Y...., SÍ, PEPELUÍ..... LAMENTABLEMENTE, MUY POCOS JOVENES DEMUESTRAN EDUCACIÓN..... UN GRAN ABRAZO.

    MALEVO EXILIADO

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  2. ¡Anda!, pero ¿no habíamos hecho ya la revolución?, pues sí que estoy yo confundido.

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  3. La "involución", hemos hecho la involución. Cuando, algún padre se haga la pregunta que, tarde o temprano, tendrá que hacerse: tiene la respuesta ante sus narices.

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  4. Bueno, a parte de ser eso "lo que nos espera" también tendríamos que preguntarnos qué es lo que les dejamos, (un planeta de mierda, ya sé no es escusa) porque eso "es lo que hay" pero verdaderamente preocupante es lo que les faltará, y no sólo en materia de modales, al fin y al cabo las madres siempre fueron, han sido y siguen siendo, por lo menos en nuestra querida E, unas esclavas de la familia y de los hijos, y los peques los reyes de la casa, así que ... a quién le sorpende semejante escena? Revolución? Involución? Para quién señores? Hace tiempo que estamos demasiado muertos como para escuchar los perros.

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