Ayer me enamoré de una nube que tenía forma de delfín. Por una vez
en mi vida logré vencer mi timidez y se lo dije. Le dije que era la
nube más fascinante que había conocido jamás. El cumplido debió
gustarle pues, de repente, se puso a llover sobre mí dejándome
empapado. Mientras escribo estas líneas estoy pasando un catarro
maravilloso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario