martes, 8 de junio de 2010

DIARIOS DE CABEZADEPERRO

LARGA VIDA A ULYSSES

Como unos cuantos sabemos, el próximo día 16 de junio, se celebra en la ciudad de Dublín el Bloomsday, o dicho de otra forma, la fiesta en la que una capital culta y orgullosa de haber parido al hombre que resucitó a la literatura de su inevitable marasmo creativo, recrea el día en que se desarrolla la narración de la novela Ulysses, de James Joyce. Se tiene constancia de que escritores y lectores de todo el mundo han peregrinado alguna vez en sus vidas para tomar una pinta en el Pub Finnegans.
Nuestra intención no se detiene en rendir homenaje a Leopold Bloom, alter ego de Odyseo, heterónimo del mismo Joyce y reencarnación de Alonso Quijano; queremos reunirnos alrededor de unas cervezas para brindar una y otra vez por ese milagro inmortal que es la gran literatura. Una literatura que nada tiene que ver con los mamotretos góticos que se venden por toneladas en los supermercados. Una literatura que siempre agoniza pero que nunca acaba de palmarla. Es algo que se repetirá eternamente en todos los órdenes del arte, del verdadero arte. ¿Quién recuerda a día de hoy la canción del pasado verano? Y sin embargo, sabemos que en estos momentos, en algún lugar de la tierra se está interpretando la Novena Sinfonía de Beethoven. Por eso, cada vez que brindemos y gritemos Larga vida a Ulysses, estaremos entregando nuestras almas a aquellos grandes que nunca estuvieron en la lista de los más vendidos, a aquellos monstruos que cambiaron nuestra vida para siempre, a aquellos seres anómalos que lograron estirar el lenguaje literario un paso más en este país perfecto que es la República de las Letras.
Brindemos juntos en el Bloomsday por Joyce, y por Beckett, por Calvino, por Gombrowitz, por Walser, por Kafka, por Celan, por Musil, por Bukowski, por Goytisolo, por Heiner Müller, por…. todo aquello que nos hizo crecer en nuestra imaginación sin despreciar nuestra inteligencia.


Unos cuantos perturbados de la literatura celebran el Bloomsday (16 de junio de 2010) en el Hannigans & Sons II (Plaza Fortuni), a las 9,30, con una pinta de cerveza en la mano y alguna que otra utopía en la otra.